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Cómo minimizar el impacto del running en nuestras articulaciones

Correr regularmente no solo mejora la condición física, sino que también tiene un impacto positivo en la salud mental, cardiovascular y en el bienestar general. Si bien es cierto que existe el mito de que correr puede ser perjudicial para las articulaciones por el impacto de la zancada en las articulaciones, especialmente en las rodillas. Si bien es cierto que correr implica un impacto repetitivo, varios estudios han demostrado que esta actividad no necesariamente daña las articulaciones. Y, de hecho, puede fortalecerlas si se realiza correctamente.

 

Para ello es fundamental utilizar un calzado adecuado. Las zapatillas para correr deben proporcionar un buen soporte y amortiguación, adaptándose a la forma del pie y al estilo de carrera de cada individuo. Invertir en un par de zapatillas de calidad y reemplazarlas regularmente (antes de que sus materiales y espumas empiecen a perder propiedades) puede marcar una gran diferencia en la reducción del impacto en las articulaciones.

 

En segundo lugar, la técnica de carrera juega un papel clave en la prevención de lesiones. Como hemos mencionado en artículos anteriores, correr con una postura correcta, evitando zancadas demasiado largas y manteniendo una cadencia adecuada, puede disminuir el impacto en las rodillas y otras articulaciones. Aterrizar suavemente con la parte media o delantera del pie en lugar de con el talón puede ayudar a distribuir mejor las fuerzas de impacto.

Incorporar ejercicios de fuerza y flexibilidad en la rutina de entrenamiento también ayuda a mantener las articulaciones saludables. Fortalecer los músculos que rodean y sostienen las articulaciones, como los cuádriceps, isquiotibiales y glúteos, nos reporta mayor estabilidad y reduce el riesgo de lesiones. Además, mantener una buena flexibilidad a través de estiramientos regulares mejora la movilidad articular en general.

 

Por último, escuchar al cuerpo y permitir una adecuada recuperación no es menos importante. Alternar días de carrera con días de descanso o actividades de bajo impacto, como la natación o el ciclismo, contribuirá a mantener un equilibrio saludable.

 

Fuente: Mundodeportivo