El poder de tener buenos hábitos
Tener buenos hábitos no tiene por qué suponer hacer cambios drásticos en tu vida. Los hábitos se crean a partir de patrones del comportamiento: cosas que hacemos repetidamente en un principio de forma consciente, pero que una vez que las llevamos haciendo durante un tiempo, las ponemos en práctica de forma involuntaria.
Lo primero que debes hacer es preguntarte a ti mismo cuál crees que sería la mejor versión de ti. Encontrar una motivación que nos lleve a dar el primer paso hacia un cambio, ya puede ser perder peso, conseguir un six-pack, dormir mejor o tener más energía.
Tampoco trates de adquirir muchos hábitos a la vez, porque ello te hará desmotivarte y volver al inicio. Empieza por cosas pequeñas, como incorporar más verduras a tus comidas o beber menos alcohol, para que puedas disfrutar del proceso y que este sea sostenible en el tiempo.
Hay 10 hábitos que todos los atletas adquieren para entrenar mejor y mejorar su rendimiento ¿Lo más curioso? La mayoría no tiene que ver con su tipo de entreno.
1. Planifica comidas saludables
La alimentación es una parte fundamental para todo deportista. Da igual el tipo de dieta que sigas, lo importante es que te encuentres bien con lo que comas. Es muy útil planificar tus comidas semanalmente según tus objetivos.
Hay cambios tan simples como incluir snacks sanos o hacer batch cooking durante el fin de semana para tener siempre a mano opciones saludables. Planear tus comidas te permite pasar menos tiempo en la cocina y comer de forma consistente y equilibrada durante el día. Si, además, eres de los que cuentan los macronutrientes, esto hará más fácil diseñar un plan que se adapte a tus objetivos.
Debemos también beber mas agua y evitar bebidas azucaradas y edulcoradas. La hidratación es imprescindible para que nuestro cuerpo funcione correctamente. Del mismo modo, debemos dejar de fumar y reducir nuestro consumo de alcohol.
2. Muévete cada día
Cuanto más tiempo pases sentado, menos energía gastará tu cuerpo, por lo que la salud de tu metabolismo puede verse comprometida. Muchos estudios de todo el mundo han asociado el estilo de vida sedentario con riesgos para la salud; y el estar sentado mucho tiempo incrementa el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Moverse no significa únicamente entrenar en el gimnasio hasta acabar exhausto. También incluye hacer actividades de baja intensidad, como andar o simplemente tareas de la casa, como limpiar. El yoga y el pilates también son muy útiles cuando nuestro cuerpo no está preparado para hacer ejercicios de alta intensidad.
Empezar el día con un paseo de 30 minutos es un buen comienzo para iniciarte en un estilo de vida más saludable.
3. Cuídate
A veces, podemos olvidarnos de nosotros mismos, por estar muy ocupados con el trabajo, la vida social o la familia. Párate un segundo y analiza el tiempo que te dedicas a ti ¿Es suficiente?
Podemos cuidarnos de infinidad de formas, según nuestros gustos y valores. Para algunos, lo mejor es entrenar, para otros, meditar, leer un libro o, simplemente, ponerse cremas antes de dormir. Encuentra lo que te haga sentir bien y ponlo en práctica.
4. Duerme
La mayoría de nosotros tiene una rutina de descanso pésima: nos acostamos tarde, pasamos horas con el móvil antes de dormir o no lo hacemos en condiciones adecuadas. Dormir es crucial para que nuestro sistema se restaure, y para que nuestra mente y cuerpo descansen. No solo es importante la cantidad de horas que dormimos, sino también la calidad.
No dormir lo suficiente puede causar estrés, lo que lleva a inflamación y puede influir en el desarrollo de problemas como la hipertensión, obesidad, diabetes o los cambios bruscos de humor.
Además, el no dormir también hace que tengamos más hambre y que tengamos más fijación en alimentos insanos, y altos en sal y grasas. Todos debemos dormir al menos entre 7 y 9 horas cada noche.
5. Rodéate de gente que te apoye
Todos hemos escuchado el típico refrán. “Dime con quién andas y te diré quién eres”. En este caso, se aplica. Las personas con las que nos relacionamos tienen una gran influencia en nuestra forma de vivir la vida.
Es más fácil desarrollar buenos hábitos cuando estás con gente que busca lo mismo. Debes encontrar una comunidad que te motive y te apoye para poder mantener la motivación en tiempos difíciles.
6. En redes sociales, sigue solo a gente que te inspire
Las redes son una gran fuente de información, pero también puede hacer que nos sintamos peor con nosotros mismos. En el mundo del fitness, existen cuentas llenas de negatividad, que optan por enfoques extremos que te hacen sentir mal si algún días comes de más o no entrenas. Deja de seguirlas.
En redes tendemos a compararnos con los demás, sin pararnos a pensar que, la mayoría del tiempo, lo que vemos no es 100% real o, al menos, solo es la mejor versión que se muestra al mundo. El cuerpo perfecto no existe: todos nos hinchamos, ganamos peso en algunas épocas, sufrimos de acné o no llevamos la barba perfectamente recortada. No pasa nada. Y si ver a alguien en redes te hace sentir mal por ello, no tienes por qué seguir siguiéndolos.
7. Estira
La mayoría nos olvidamos de estirar o no lo hacemos por pereza, ni siquiera cuando entrenamos. Pero es crucial para mantener nuestra movilidad, además de reducir estrés, dolores, mejorar nuestra postura y mejorar la circulación.
Con tan solo 5 o 10 minutos al día es suficiente. También es muy útil para quienes pasan mucho tiempo sentados en la oficina.
8. Pasa tiempo al aire libre
A veces no nos damos cuenta de lo bien que nos sienta pasar tiempo al aire libre hasta que no hacemos. Muchos estudios muestran que estar en la naturaleza beneficia al funcionamiento de nuestro sistemas inmunológico, al cardiovascular y respiratorio.
De la misma forma, también puede ayudar a mejorar nuestra salud mental, la depresión o la ansiedad; permitiéndonos relajarnos y respirar aire puro. No hace falta ir todos los días al campo si no lo tenemos cerca, basta con salir a pasear 20 minutos, aunque sea por nuestro barrio.
9. Medita
Ya conocemos de sobra los beneficios de la meditación. Sirve para conectarnos con nuestro interior, y recordarnos a nosotros mismos cuáles son nuestras metas y nuestras pasiones. Ayudan a gestionar el estrés y a incrementar nuestro mindfulness.
En estos momentos para pensar, es importante ser agradecidos con todo lo bueno que tenemos: las experiencias, las personas que nos acompañan o las oportunidades que tenemos. Apreciar las pequeñas cosas llenará nuestra vida de optimismo y nos ayudará a ver lo bueno que hay en cada situación.
10. Diviértete
Lo más importante en la vida es divertirse: buscar las cosas que nos hagan feliz y nos hagan pasar un buen rato. Sin diversión, se pierde la motivación. Busca actividades que te gusten, y que alimenten tu espíritu.
En cuanto al entreno, es imprescindible encontrar alguna disciplina que disfrutes para poder mantener la motivación de forma constante. Si sientes que estás cansado de ir al gimnasio, quizás es momento de probar algo nuevo, como un deporte de equipo. Nuestros cuerpos son capaces de hacer muchísimas cosas, y siempre es bueno experimentar.
Date espacio y permiso para disfrutar. La vida es una carrera de fondo, y debemos incorporar hábitos que formen parte de ella para siempre y que, al mismo tiempo, nos ayuden a mejorar nuestro rendimiento deportivo.
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